martes, 11 de diciembre de 2012

Liderar desde atrás


Nelson Rolihlahla Mandela ( Unión de Sudáfrica,  1918), conocido también como Madiba, apelativo honorífico otorgado por los ancianos del clan de Mandela, abogado y político.

En 1962 fue arrestado y condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena perpetua. Estuvo 27 años en la cárcel, la mayoría de los cuales estuvo confinado en la prisión de Robben Island. Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, Mandela lideró a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, cosa que se consiguió en 1994 con las primeras elecciones democráticas por sufragio universal. Mandela ganó las elecciones y fue presidente desde 1994 hasta 1999, dando prioridad a la reconciliación.

Se comenta que en una ocasión Mandela viajó con Richard Stengel, su biógrafo, a Mvezo, su aldea natal, cercana a Umtata en el Transkey. En este recorrido de la zona rural, él volvía a sus orígenes y recordaba lo que aprendió de niño, cuando quedando huérfano de padre, observó de cerca cómo actuaba el rey Jogintaba de Thembuland, de quien su padre había sido consejero y, en agradecimiento, lo crió. Había presenciado cómo se conducían las asambleas de la corte real. Éstas eran como reuniones municipales democráticas, a las que acudían todos los hombres de la villa y podían hablar, si querían hacerlo. Era costumbre que el rey siempre permaneciera de pie, erguido e imponente, escuchando las opiniones de sus consejeros y de la comunidad antes de emitir la suya. En respeto a todos los que habían hablado, el rey, al final de una reunión, resumía todas las opiniones que había escuchado. Para el joven Mandela quedó claro que el rey, como buen jefe, debía ser tenaz, pero nunca debería imponer su voluntad a la de la comunidad.
Luego de una de las caminatas que hicieron juntos por las colinas cercanas a la aldea, le preguntó a Stengel:
-¿Has pastoreado ganado alguna vez?
-No –contestó evidentemente intrigado.
-Fíjate -prosiguió habiendo captado su atención-. Cuando el vaquero quiere que el ganado eche a andar en una determinada dirección, se coloca en la parte posterior y con un palo en la mano hace que los animales más inteligentes vayan al frente para que marchen en la dirección deseada. El resto del ganado sigue a las reses más enérgicas que van delante.  Pero la realidad es que quien las guía desde atrás es el vaquero. Hizo una breve pausa, respiró profundo y con voz firme y clara añadió: “Es así como un líder debe hacer su trabajo”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario